Si en el último post de Planeta hablamos del problema del cambio climático y cómo conocer la huella de carbono nos puede ayudar a reducir y compensar el impacto de la humanidad en él, hoy queremos poner conciencia en la problemática del agua.

El agua es imprescindible para que exista vida sobre el planeta, es necesaria para todos los seres vivos, es decir, sin agua no existiría la vida tal y como la conocemos. 

Los problemas

Actualmente con el nivel de producción y consumo que llevamos, estamos provocando un estrés hídrico que supone un grave problema para la vida en el planeta, básicamente los problemas son: 

  • la escasez de agua
  • la contaminación del agua.

 Si queremos seguir en este planeta, es necesario revertir dichos problemas. 

La escasez de agua dulce se incrementa día a día, sobre todo por el cambio climático, el aumento de población y la mayor presión sobre los recursos hídricos por la producción y consumo desmedidos.  Los expertos dicen que en 2025 un 67% de la población del planeta vivirá en una zona de estrés hídrico. Esto es, lugares en los se necesita más agua de la que se dispone (por sequías, acuíferos sobreexplotados, etc.) o en los que el uso de esa agua dulce se ve restringido por su contaminación  (intrusión salina, contaminación por nitratos o fitosanitarios, etc.)

El consumo de agua en el mundo se distribuye de la siguiente manera:

– 70% en la producción agrícola y ganadera;

– 20%, en la producción industrial;

– 10%, en el ámbito doméstico.

La mayor parte  de los problemas hídricos están relacionados con la estructura de la economía mundial. Muchos países al importar productos de terceros países, no realizan el consumo y contaminación del agua en el propio, sino que es el país que exporta, el que se queda con el problema. No sólo los gobiernos sino también los consumidores, comercios y la sociedad en general, pueden jugar un papel importante para alcanzar una mejor gestión de los recursos hídricos.

Lo que comemos en un día, la ropa que usamos, los productos con los que estamos en contacto requieren agua en distinta cantidad para su creación, producción o generación. De hecho, el agua que utilizamos en nuestra vida diaria (aquella que usamos mientras nos lavamos las manos, fregamos los platos o tiramos de la cadena del retrete) representa sólo el 4 % del total que consumimos. El restante 96 %, es el agua que ha sido utilizada en el proceso de elaboración de productos y desarrollo de servicios que consumimos a diario. 

Algunos datos

Dependiendo de la fuente que consultemos estos datos varían, pero ponemos estos ejemplos, que nos dan una idea del agua necesaria para la producción de algunos productos:

  • 16.000 litros de agua para producir 1 kg de carne de vacuno;
  • 3.920 litros de agua para producir 1 kg de pollo;
  • 3.000 litros de agua para producir 1 kg de arroz;
  • 2.700 litros de agua para producir 1 camiseta de algodón;
  • 2.000 litros de agua para producir 1 kg de papel;
  • 140 litros de agua para una taza de café.

Según Water Footprint Network de 2019, en el ranking de naciones con mayor huella hídrica del planeta se sitúa en primera posición Mongolia, con 10.000 litros por habitante al día; Níger, con 9.600 litros por habitante al día; Bolivia, con 9.500 litros; Emiratos Árabes Unidos, con 8.600 millones de litros; y Estados Unidos, con 7.800 litros per cápita al día. En sexta posición se encuentra Mauritania, con 7.000 litros por habitante al día; seguido de Portugal, con 6.900 litros; y España, con 6.700 litros.

Este dato supone todo el consumo del país, incluídos los diferentes sectores económicos, dividido entre su población total. 

Nuestro país ocupa el octavo puesto en la clasificación mundial de países con mayor huella hídrica (producción y consumo) y el segundo puesto en el ranking europeo. Pero si hablamos de consumo doméstico de agua, en España no es elevado ya que se sitúa en unos 136 litros por habitante al día, ocupando el undécimo puesto del ranking europeo, liderado por Noruega, con 200 litros de agua por persona al día.

Entonces, si el consumo por habitante es “normal”, ¿quién consume agua?. El sector agroalimentario, y como ya hemos visto, lo que más agua consume y contamina es la ganadería intensiva y las polémicas macrogranjas, que, además del consumo de agua y contaminación de acuiferos y aguas superficiales, causa el 15% de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial (no el español, en su conjunto)

¿Qué podemos hacer con respecto a la alimentación para mejorar la situación del agua? 
  • Go vegan  – así se reducirá el consumo de carne y por tanto su producción. 
  • Hablar con tus amigxs sobre los beneficios del veganismo desde la amabilidad, 
  • Reducir tu consumo de carnes animales, los cambios son paulatinos, y siempre es mejor para la vida en el planeta un pequeño gesto que nada. 
  • Consumir productos locales, además de promover la economía evitarás que terceros países sufran estréss hídrico
  • Consume ecológico, los fertilizantes y otros químicos utilizados en la agricultura y ganadería no ecológica contaminan el agua. 
y ¿en otros aspectos?
  • Apostar por la economía circular, reduciendo el consumo en general, alargando la vida útil de los productos que utilizamos, reutilizar los potenciales residuos y reciclar. Es decir, optar por el consumo responsable.
  • Concienciarnos sobre un uso del agua en nuestro día a día y  crear nuevos hábitos:
    • Utilizar  el  lavavajillas, en lugar de fregar a mano
    • Reutilizar el agua de hervir alimentos para regar plantas,
    • Poner la lavadora completamente llena
    • Dosificar el agua de la cisterna
    • Ducharte en cinco minutos en lugar de bañarte y cerrar el agua en el enjabonado
    • Utilizar cabezales de ducha que reduzcan el caudal.
    • Instalar dispositivos que reduzcan el caudal tanto en los grifos como en la cisterna
    • Recoger el agua de lluvia para regar por ejemplo las plantas o rellenar la cisterna del inodoro.

Si quieres saber más sobre este tema te animo a que escuches el podcast de Ecocreando sobre huella hídrica, que puedes encontrar en ivoox y spotify.